SOLLICITUDO
REI SOCIALIS.
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En palabras del Romano pontífice
quien inicia explicando la novedad de la encíclica Populorum progressio dice
que es la respuesta al Vaticano II finalizado dos años mas tarde que contempla
unas realidades de desigualdad social, algunos peligros del desarrollo entre
otros.
Realmente es importante aclarar que
la realidad vivida en el hoy no es igual a la de los tiempos pasados por ello
las problemáticas y dificultades son totalmente distintas, y que si dando un
vistazo geográfico del mundo nos daremos cuenta de que hay dos áreas en el
mismo mencionados por el Papa: el área del Norte desarrollado y el área del Sur
en vías de desarrollo. Encontramos en estas un “abismo” que genera separación y por tanto hay una
negación al derecho de “igualdad” de todos en la sociedad. Entramos en una
nueva serie de problemáticas derivada de estas realidades tales como la pobreza,
la deuda externa, al igual que analiza las causas políticas influenciadas por
corrientes capitalistas liberales, y colectivistas-marxistas.
La encíclica nos aclara en su
cuarto capítulo que el desarrollo es un proceso casi automático y de por sí ilimitado,
1 y filosóficamente se busca darle el sentido mas pleno a la palabra
desarrollo que es el tema en el que gira la encíclica 2. Afirma entonces el Papa que un
desarrollo basado en aspectos meramente económicos no es suficiente; necesita trascender
al súper-desarrollo mencionado anteriormente. Entonces para el creyente el
desarrollo actual ha de ser considerado como un
momento de la historia iniciada en la creación y constantemente puesta en peligro por la
infidelidad a la voluntad del Creador, sobretodo por la tentación a la
idolatría, pero que corresponde fundamentalmente a las premisas iniciales:
“quien quiera renunciar a la tarea, difícil pero exaltante, de elevar la
suerte de todo hombre y todos los
hombres, bajo el pretexto del peso de la lucha y del esfuerzo incesante de
superación, o incluso por la experiencia de la derrota y el retorno al punto de
partida, faltaría a la voluntad de Dios Creador 3.
Buscando así definir y considerar
los problemas modernos la Iglesia madre y maestra nos invita a tomar parte en
esta situación y nos llama a ver en la doctrina social de la Iglesia el
instrumento que tiene por objetivo principal interpretar esas realidades,
examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca
del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente, para orientar en
consecuencia la conducta cristiana 4.
Significa entonces actuar bajo los
principios del Evangelio, todas las reformas que se hagan; en instituciones
organizaciones etc. del estado ya que el desarrollo requiere el espíritu de
iniciativa de los países que lo necesitan favorezcan a el bien de la comunidad
mundial.
Finalmente la encíclica afirma que
el hombre es libre; con la libertad que Cristo nos dio (Gal. 5), pero también
muy ciertamente menciona que el hombre es libre cuando es él mismo porque “conocerse de verdad no es otra cosa que oír
de Dios lo que Él piensa de nosotros”5 y por ello se reitera lo antes
mencionado, que el desarrollo debe ser integral es decir que abarque las
dimensiones cultural, trascendental y religiosa del hombre y de la sociedad.
Por tanto la Iglesia confía en el hombre que es imagen de su creador; y en la
Populorum progressio Pablo VI llama a los hombres y mujeres a que convencidos de la gravedad del momento actúen
con respectiva responsabilidad individual. Y en la sollicitudo rei socialis
Juan Pablo II veinte años mas tarde hace un llamado a los cristianos y a todos
los hombres de buena voluntad como lo expresa en la dedicatoria de la encíclica
a trabajar bajo los principios de de destino universal de los bienes, la
solidaridad y el de subsidiariedad.
(1)
Exhortación
apostólica Familiaris consortio.
(2)
Esta
encíclica usa más bien la palabra desarrollo que progreso procurando dar al
término “desarrollo” el sentido más pleno, explicado bajo filosofías de tipo
iluminista.
(3)
Sollicitudo
Rei Socialis numeral 30
(4)
Sollicitudo
Rei Socialis numeral 41
(5)
San
Agustí de Hipona. Obispo y doctor de la Iglesia.